HUME
Los idealistas llegaron a mi vida y a toda mi generación, en el peor
momento y de la peor manera, con profesores, (no todos marxistas) que transmitían tal vez
sin saberlo la filosofía del bachillerato enseñando ideología, teniendo
como catecismo y paradigma pésimos textos marxistas como los de oparin,
pulitzer,etc..
Es decir los idealistas presentados por sus contradictores, me llegaron
banalizados y desacreditados, casi que totalmente, hasta el punto que llegue a
creer que era un catálogo de contradicciones superadas que ilustraban la
ilusión humana.
Esa era la época, nuestros profesores en su mayoría, ofrendaban su
individualidad y originalidad a la moda o furia del momento, en que Castro
le dictaba cátedra moral al mundo en admirados discursos de días y todo el
mundo incluso los capitalistas pensaban que la desigualdad y las democracias
estaban en una suerte de provisionalidad, llamadas fatalmente a desaparecer
reemplazadas por el socialismo. El culmen del historicismo; la ideología
sacra y ritualmente bañada en las aguas de la “ciencia”, desde la que se
repartian bendiciones, pero también terribles anatemas que terminaban en
exilios y asesinatos. Bueno, en mi círculo no pasó a mayores, pero después tuve
plena conciencia que la conducta criminal de Stalin y Mao era la culminación
del mismo fanatismo que hizo que mis profesores remplazaran la filosofía por un
panfleto.
En la indefensión, nos humedecieron el pensamiento por esa vía muy poca
considerada, con hombres que pulverizaron un mundo milenario, reinventaron el
cielo la tierra y la sociedad, todo ello con un método distinto, empaquetando
la complejidad más enmarañada en una fórmula, con la causalidad por delante y
la inducción por detrás, logrando sucesivos y vertiginosos saltos que
terminarían haciendo realidad la mayoría de nuestros sueños y ficciones.
Termine llegando al “mundo” del idealismo de la mano de mi maestro (jesuita) empezando por Descartes
naturalmente, (escribiré una nota) continuando con el racionalismo alemán, los empiristas ingleses y con
personajes relacionados como newton por ejemplo; en todos estos pensadores me
detuve maravillado, sin embargo hoy es forzoso reconocer que; a Hume lo
trate como un filósofo menor, dependiente del pensamiento de Locke. Lo asimile
con prisa y sin interés desde el esquema y la etiqueta en en que llegó. Mi
primera aproximación al idealismo fue despilfarrada, mientras que la segunda
discurrió en el descubrimiento del protagonismo y grandeza de todos estos
hombres, menos uno; Hume; cometí mi primera equivocación con todo el
idealismo, la segunda solo con Hume, que después de enterarme que no se
le reconoció en su tiempo por su valor actual, pareciendo estar destinado a la
incomprensión, por eso a pesar de las recomendaciones de smith, lo rechazaron
repetidamente de las universidades a las que aspiro; siendo filósofo le tocó
estudiar derecho, trabajar como bibliotecario, diplomático y triunfar como
historiador.
Era un hombre “normal”; es decir, sociable, conversador, jugador, amiguero,
de buena mesa, picaron con las damas, (pero solterón empedernido) amante de la
buena vida; pero quién lo creyera; revolucionario, radical, escéptico por
definición, hasta el punto que hoy, doscientos años después sin ninguna duda
lo sigue siendo, remeciendo todavía los pilares de nuestra ciencia y
cotidianidad, al argumentar su duda sobre el yo, la causalidad, inducción y
la propia sustancia, hoy en dia sometidos a claros cuestionamientos por la
ciencia que vendría del siglo 19 al 21, desde la relatividad, los
cuantos, bosón de higgs, materia oscura, agujeros negros, etc.
Con muchos méritos, todavía más grandes si se tiene en cuenta la
incomprensión de sus coetáneos, que no lograron llegar a entenderlo, distingo
su gran espíritu crítico que lleva a realizar las observaciones de un modo
completamente distinto, persiguiendo desde su radical empirismo, el hecho o la
experiencia separada del prejuicio o creencias que nos son consustanciales y
nos llevan a confundir, sustancia con sensaciones (agrupadas por el
espacio y el tiempo),causalidad con sucesión de fenómenos (hábito), inducción con regularidades, ser
con deber ser; pensamiento singular que al conocerlo, despierta
a kant del sueño dogmático para entregarlo al uso crítico de la razón,
como generosamente lo reconoce el alemán.
No fue gratuito tener el reconocimiento de los grandes de su tiempo como
adam smith (paisano) que lo protegió y lo apadrinó siempre, y de casi todos los protagonistas
del proyecto iluminista, desde voltaire, D'alembert, rousseau que lo tuvieron
como uno de los suyos; un verdadero liberal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario