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martes, 28 de mayo de 2013

HUME

HUME

Los idealistas llegaron a mi vida y a toda mi generación, en el peor momento y de la peor manera, con profesores, (no todos marxistas) que transmitían tal vez sin saberlo la filosofía del bachillerato enseñando ideología,  teniendo como catecismo y paradigma pésimos textos marxistas como los de oparin, pulitzer,etc..

Es decir los idealistas presentados por sus contradictores, me llegaron banalizados y desacreditados, casi que totalmente, hasta el punto que llegue a creer que era un catálogo de contradicciones superadas que ilustraban la ilusión humana.

Esa era la época, nuestros profesores en su mayoría, ofrendaban su individualidad y originalidad a la moda o furia del momento, en que Castro le dictaba cátedra moral al mundo en admirados discursos de días y todo el mundo incluso los capitalistas pensaban que la desigualdad y las democracias estaban en una suerte de provisionalidad, llamadas fatalmente a desaparecer reemplazadas por el socialismo. El culmen del historicismo; la ideología sacra y ritualmente bañada en las aguas de la “ciencia”, desde la que se repartian bendiciones, pero también terribles anatemas que terminaban en exilios y asesinatos. Bueno, en mi círculo no pasó a mayores, pero después tuve plena conciencia que la conducta criminal de Stalin y Mao era la culminación del mismo fanatismo que hizo que mis profesores remplazaran la filosofía por un panfleto.

En la indefensión, nos humedecieron el pensamiento por esa vía muy poca considerada, con hombres que pulverizaron un mundo milenario, reinventaron el cielo la tierra y la sociedad, todo ello con un método distinto, empaquetando la complejidad más enmarañada en una fórmula, con la causalidad por delante y la inducción por detrás, logrando sucesivos y vertiginosos saltos que terminarían haciendo realidad la mayoría de nuestros sueños y ficciones.

Termine llegando al “mundo” del idealismo de la mano de mi maestro (jesuita) empezando por Descartes naturalmente, (escribiré una nota) continuando con el racionalismo alemán, los empiristas ingleses y con personajes relacionados como newton por ejemplo; en todos estos pensadores me detuve maravillado, sin embargo hoy es forzoso reconocer que; a Hume lo trate como un filósofo menor, dependiente del pensamiento de Locke. Lo asimile con prisa y sin interés desde el esquema y la etiqueta en en que llegó. Mi primera aproximación al idealismo fue despilfarrada, mientras que la segunda discurrió en el descubrimiento del protagonismo y grandeza de todos estos hombres, menos uno; Hume; cometí mi primera equivocación con todo el idealismo, la segunda solo con Hume, que después de enterarme que no se le reconoció en su tiempo por su valor actual, pareciendo estar destinado a la incomprensión, por eso a pesar de las recomendaciones de smith, lo rechazaron repetidamente de las universidades a las que aspiro; siendo filósofo le tocó estudiar derecho, trabajar como bibliotecario, diplomático y triunfar como historiador.


Era un hombre “normal”; es decir, sociable, conversador, jugador, amiguero, de buena mesa, picaron con las damas, (pero solterón empedernido) amante de la buena vida; pero quién lo creyera; revolucionario, radical, escéptico por definición, hasta el punto que hoy, doscientos años después sin ninguna duda  lo sigue siendo, remeciendo todavía los pilares de nuestra ciencia y cotidianidad, al argumentar su duda sobre el yo, la causalidad, inducción y la propia sustancia, hoy en dia sometidos a claros cuestionamientos por la ciencia  que vendría del siglo 19 al 21, desde la relatividad, los cuantos, bosón de higgs, materia oscura, agujeros negros, etc.


Con muchos méritos, todavía más grandes si se tiene en cuenta la incomprensión de sus coetáneos, que no lograron llegar a entenderlo, distingo su gran espíritu crítico que lleva a realizar las observaciones de un modo completamente distinto, persiguiendo desde su radical empirismo, el hecho o la experiencia separada del prejuicio o creencias que nos son consustanciales y nos llevan a confundir, sustancia con sensaciones (agrupadas por el espacio y el tiempo),causalidad con sucesión de fenómenos (hábito), inducción con regularidades, ser con deber ser; pensamiento singular que al conocerlo, despierta a kant del sueño dogmático para entregarlo al uso crítico de la razón, como generosamente lo reconoce el alemán.


No fue gratuito tener el reconocimiento de los grandes de su tiempo como adam smith (paisano) que lo protegió y lo apadrinó siempre, y de casi todos los protagonistas del proyecto iluminista, desde voltaire, D'alembert, rousseau que lo tuvieron como uno de los suyos; un verdadero liberal.


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