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viernes, 23 de mayo de 2014

La imprudencia como medio de transporte.




 




Hoy Colombia vive un drama nacional, por la muerte de 34 niños en el municipio de Fundación Magdalena; después que el bus donde se transportaban se incendio debido a una maniobra imprudente de su conductor; el dolor ha sido unánime en todo el territorio nacional, hasta el punto que un mal comentario de un mozalbete casi le cuesta la vida por linchamiento en la Universidad donde estudia y un proceso penal en el que seguramente le castigaran. El Papa conmovido se pronuncio y nuestro Presidente lloro públicamente; no hay duda que no queremos se repita este episodio y para ello hay que tomar medidas urgentes de prevención y represión.



COLPRENSA - EL NUEVO DÍA


Pero dichas medidas no deben ser el linchamiento moral del pastor de la comunidad religiosa de donde provenían los niños y el conductor imprudente que ocasiono la tragedia en su fatal maniobra de pasar el vehículo de gas a gasolina, ambos ya con una pena natural, puesto que perdieron hijos y parientes en la tragedia. Si las medidas que espera el país se agotan en estos dos infelices a los que se le aplique "todo el rigor de la ley"; no solo estaremos cometiendo una injusticia, sino también un acto de encubrimiento con los verdaderos responsables de la situación generadora, con lo que adicionalmente no estaremos previniendo otro incidente similar. Para ellos pido mesura, serenidad y proporcionalidad en el juicio y castigo que eventualmente reciban






Señoritos capitalinos están pidiendo para estos hombres penas de 40 años, echando de menos, pólizas, SOAT, contrato de transporte, etc., desconociendo con ello la forma en que la gente de los sectores rurales se transportan, pensando que estos Colombianos se movilizan en condiciones ideales y reglamentarias. Creyendo que estos compatriotas son moralmente responsables por su imprudencia, culpables de violar normas de prevención de accidentes; en vez de analizar el tema desde el punto de vista de la ausencia de Estado, Políticas publicas y acciones producto de la necesidad de las personas. Para comprobar esto basta que examinen como se transportan miles de niños diariamente a sus colegios rurales; advirtiendo entonces que el asunto no debe agotarse en responsabilidades individuales de "espontáneos" que de alguna manera compensan las ausencias y hacen posible la movilización de estas personas. En suma; la ausencia de Estado y de políticas publicas sobre el tema, genera necesariamente, unos comportamientos dolosos e imprudentes en la población en su afán y derecho de movilizarse,dicho de otra manera; no le dejan a estos Colombianos, otra salida distinta de la imprudencia para ejercer su derecho a la movilización.







Tal vez como Sidarta no sepan que existe otro mundo, de pobreza, privaciones, exclusion, miseria, etc.; Déjeme decirles, que muchos de estos colombianos; no les queda otro remedio que transportarse de esta manera irreglamentaria e imprudente porque en la mayoría por no decir la totalidad de los municipios periféricos no existen condiciones, medios para movilizarse, ni siquiera planes o propósitos estatales para facilitarlo, ya que sobre el tema ni siquiera existen políticas publicas, estudios, diagnósticos; son gente atenida a la buena de Dios sin ninguna atención, interés, regla y paradójicamente muchos de los "imprudentes" lo hacen desde la necesidad del transportado, a veces como un ejercicio de solidaridad






Hago estas consideraciones para que se tomen medidas de política para prevenir futuras situaciones de dolor, cambiando estos comportamientos generalizados de imprudencia, proporcionando medios, estructura, capacitación, concientizacion, etc. y finalmente, para impedir que las voces de linchamiento sobre estos dos colombianos, caídos en la desgracia, tenga eco.






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