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sábado, 8 de junio de 2013

Respuesta a mi amigo Alfonso Suarez




Mi querido Alfonso, gracias por el comentario, con el que estoy casi que totalmente de acuerdo, debido quizá a las mismas fuentes y aspiraciones que seguramente compartimos. Me regalas la oportunidad de complementar o tal vez ampliar ciertos conceptos o ideas subyacentes a la expresión que te inquieta. 

Te pido el favor de recordar que el Estado hace su aparición en su forma más odiosa y terrible (después se repetirá), la mayoría de las personas de la sociedad, no tenían sino deberes y el rey absoluto tenia todos los derechos, circunstancia resumida en la frase, precisamente de un satrapa, "el Estado soy yo". En "ese gran principio" el Estado es un instrumento de  injusticia y abuso, sufrido por los liberales, que terminan en las cárceles, exiliados y asesinados.

Estos liberales cuando conquistan el poder, piensan en abolir el Estado porque fueron sus víctimas, pero terminan realizando dos acciones; lo minimizan y lo limitan. El surgimiento el Estado de derecho tiene la pretensión de frenar el abuso del Estado.

Si miramos la Constitución colombiana (art 2 y otros) y su desarrollo jurisprudencial, constatamos fácilmente la expresión que te preocupa; el Estado tiene un valor instrumental, de medio mientras que las personas (sociedad) son fines, que a propósito les debe servir el Estado, entonces en términos literales si el Estado le sirve a la sociedad, esta relación lo explica todo, por eso tienes razón cuando dices que se integran, el uno sirviéndole al otro, es decir el "Estado a la comunidad"; cuando esta relación se invierte (se ha invertido muchas veces) y comenzó invertida, es el lloro y el crujir de dientes, es el reino de la arbitrariedad, el abuso, la injusticia, el totalitarismo, la negación del hombre etc..


A pesar de no compartir la doctrina construida por Marx, la he considerado siempre como la continuación del proyecto ilustrado; un humanismo, basta con mirar el bellísimo capítulo del capital, "el fetichismo de la mercancía”  para darnos cuenta la dimensión en que Marx sitúa al hombre. Pero mi querido Alfonso, así como cristo es una cosa y el cristianismo otra, con Marx ocurre lo mismo. Nada más alejado de Marx, que un monstruo criminal como Stalin, Mao.
Ahora vale la pena recordar que Marx es discípulo de Hegel, el pensador que llevo el Estado a los terrenos más altos que yo haya conocido, pero ya eso será materia de otra conversación u otro articulo.
Un abrazo grande

federico avila

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